jabotinsky.jpg Zeev (Vladimir) Jabotinsky fue líder sionista, escritor, orador, periodista y soldado. El movimiento Sionista Revisionista que fundó, estuvo siempre en controversia, pero dejó su propia marca distintiva en el curso de la historia sionista, a pesar de los años de su status anti-establishment.

Zeev Jabotinsky nació en Odessa en 1880. Cuando tenía tan sólo seis años de edad falleció su padre, una tragedia que sumió a su familia en apremios económicos. Un tío recomendó a su madre viuda enseñar a los niños un oficio. Pero ella quería que recibieran una educación esmerada, a pesar de las dificultades.
Odessa estaba en su cúspide como centro de la actividad judía y sionista; sin embargo, Jabotinsky creció empapado más en la cultura rusa que en la judía. A los 18 años de edad se fue de Odessa, viajó a Suiza y posteriormente a Italia a estudiar derecho.

La prometedora figura de Zeev Jabotinsky como líder y como crítico surgió ya a la edad de 14 años, en una crítica al sistema de graduación, que publicó en un periódico local. En Berna inició una carrera de escritor que no abandonaría en toda su vida, sirviendo como corresponsal extranjero para dos diarios de Odesa (bajo el seudónimo de «Altalena»). Se unió a un grupo de estudiantes rusos y empezó a interesarse tanto en las ideas socialistas como en las sionistas.

Los artículos de Jabotinsky eran tan populares, que en 1901 su periódico lo llamó de regreso a Odessa para integrar el equipo editorial. Bajo el impacto del pogrom de Kishinev en 1903, se vio inmerso rápidamente en las actividades de la autodefensa judía y en las actividades sionistas. Elegido como delegado al Sexto Congreso Sionista, Jabotinsky quedó profundamente impresionado por Teodoro Herzl. Impresionado por el fluido hebreo que escuchó hablar en el Congreso, Jabotinsky  – que ya hablaba ruso, francés, inglés, alemán y varias lenguas eslavas –  se abocó al estudio del hebreo, convirtiéndose en un exitoso orador y traductor. Sus escritos incluyen tanto obras originales – poemas, dramas y novelas, además de ensayos polémicos y filosóficos – como también traducciones de clásicos, y entre ellos una traducción al hebreo sin parangón del poema de Edgar Allen Poe «El Cuervo», y las obras del poeta nacional hebreo Jaim Najman Bialik al ruso.
Jabotinsky cobró fama como periodista profesional y publicista combatiente – pero por sobre todo, como un extraordinario y apasionado orador. Como tal, su tono y su mensaje infundían a las deliberaciones y aspiraciones sionistas un tono de urgencia, no siempre compartido por los otros líderes judíos.

Viajó por toda Rusia y Europa, reclutando apoyo a la causa sionista en Constantinopla después de la Revolución de los Jóvenes Turcos y abogando por una incansable actividad política internacional a la par del continuo asentamiento judío en Palestina. Jabotinsky sostuvo la importancia del aprendizaje del hebreo, que consideraba un elemento central en la construcción de la nación – sirviendo incluso por un pequeño pago de maestro de elocución de los actores fundadores del Teatro Habimá, el primer grupo de teatro en hebreo, que se convertiría en el teatro nacional de Israel.
Si bien los sionistas socialistas estimulaban a los judíos a luchar por sus derechos civiles como judíos en sus países de origen, Jabotinsky era escéptico respecto a esta emancipación, sosteniendo que la salvación para los judíos – tanto a nivel personal como en el de una entidad nacional – se realizaría únicamente en la Tierra de Israel.

La autodefensa judía se encontraba en el epicentro de la filosofía socio-política de Jabotinsky, como imperativo físico y como un manantial de orgullo y seguridad personal capaz de «ennoblecer» el espíritu judío.

Fuente: http://www.jaimegorenstein.com